viernes, 25 de noviembre de 2016
Fantasmas De Ascalón - En Español - Libro - Pagina N°75
-¿Necesitas una luz? -dijo el norn con amabilidad, ignorando las luchas y las maldiciones de Riona detrás de él.
Dougal ignoró a Riona también, y un momento después las manos de Ember estaban libres. Alargó la mano para deshacer el collar adjunto.
Riona gruñó en frustración y estiró el cuello para ver alrededor del norn. "¡Dougal Keane!" Dijo ella. ¡Te ordeno que te detengas!
- Siguiendo sus órdenes -dijo Dougal-. El collar se abrió, y el conjunto de grilletes en cascada hasta las piedras mojadas. -Oops, demasiado tarde.
Ember los recogió y los levantó en sus manos, contemplando sus eslabones de acero. Dougal pensó que los arrojaría por el pasillo y entraría en el alcantarillado. En cambio, entregó las cadenas a la norn, y Gullik, por su parte, arraigó en su mochila las armas del charr. Dougal se embolsó sus picos una vez más, cuando Riona, ahora libre del marco de bloqueo de la norn, le agarró la muñeca.
-¿Cómo te atreves? -siseó ella, volviéndolo.
Dougal se preparó, listo para dejar de lado su esperada bofetada. En cambio, cuando abrió la boca para intentar explicar, hizo algo mucho peor.
Ella lo empujó hacia atrás en la mugre.
Dougal molió sus brazos para tratar de mantener el equilibrio, pero fracasó. En el último momento dejó de pelear y saltó en pies primero, pensando que una caída controlada sería lo mejor. Mientras perforaba la superficie de la corriente, no tenía ni idea de lo profundo que podía ser, así que contuvo el aliento.
Lo sopló enseguida una vez que se dio cuenta de que el alcantarillado sólo se acercaba a su cintura. Cuando se dio cuenta de que hacía tanto frío, se sorprendió de que no lo hubiera congelado al instante. Él gritó de sorpresa, y su queja resonó por los túneles en todas direcciones.
-¡Te lo merecías! -dijo Riona, todavía furiosa.
Dougal señaló a Ember. Necesitaba salir de esas cadenas.
-Y tú podrías pensar que estamos fuera de la ciudad, si quieres -dijo Killeen.
Riona parecía como si fuera a gritar, luego se dio la vuelta y empujó a Kranxx por el túnel antes que ella. Killeen siguió a lo largo de la delgada cornisa. Ember y Gullik bajaron al arroyo. Se quejaban del hedor y del frío, pero las aguas residuales no llegaban tan alto como en Dougal.
Ember levantó a Dougal del arroyo y lo depositó en la repisa. Asintieron su agradecimiento el uno al otro sin decir una palabra. Dougal se volvió a buscar a Riona, y el charr y el norn se alejaron tras él a través de la mugre.
"En un grupo como este, esos problemas están condenados", dijo Gullik cuando estaban todos juntos otra vez. Lo he visto antes. Nuestras diferencias son demasiado grandes. Tarde o temprano nos volvemos el uno al otro.
-Riona y Ember son cruzadas para la Vigilia -dijo Dougal-. "A pesar de sus culturas, deberían ser capaces de trabajar juntos." Suspiró. "Y recuerda, Riona y yo somos ambos de Ebonhawke."
"No hablé de culturas sino de diferencias", dijo Gullik. Entre ustedes dos siento un abismo del tamaño del mar.
Dougal echó un vistazo a la sonrisa de Norn y no pudo evitar romperse una sonrisa. -Gullik, amigo mío, eres más sabio de lo que pareces.
"Ese es un umbral extremadamente bajo", dijo Kranxx desde el jefe de la procesión.
Caminaron en silencio después de eso, siguiendo el túnel a través de una serie de comedias que los llevaron más y más abajo a través del lado de la montaña. La tierra se volvió más gruesa y más profunda, y el olor, si es posible, empeoró a medida que avanzaban.
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